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AMOR POR LOS MIOS


Quienes son esos que cada uno considera los míos, si sabemos que realmente nadie es de nadie, pero igual da y decimos amor por los míos para hablar del amor filial; ese amor que damos por sentado cuando hay un nexo que nos une; puede ser escogido -como el amor que nos une a la pareja- o no escogido el amor que damos sentado hacia la familia que tenemos.



Lo que llama mi atención es que el amor filial se da regularmente por sentado y en muchos casos no nos ocupamos de cultivarlo. Yo tengo en casa una matica, que jamás riego y es tan noble que florea, es bueno caer en cuenta que se va a morir, que su nobleza no es eterna, eso pasa muchas veces con el amor filial, con el que escogiste y con el que te tocó, si no lo cultivas, si no lo riegas y alimentas -como a la matica noble- se marchita.


Posiblemente se acaba la magia, suele ocurrir entre las parejas, cuando por el tiempo y la rutina dejan de cuidar los detalles, de disfrutar lo simple o simplemente de notar la presencia del otro; olvidamos las razones que nos hicieron sentir maripositas y en ocasiones hasta empezamos a depender uno del otro por comodidad pero sin magia, sin ilusión , sin pasión, sin más. Si, sin más. Finalmente a ese amor escogido -visto en frio- me une un papel o una palabra que nos unió un día cuando escogimos enlazarnos porque estábamos enamorados.



En el caso del amor que nos une cuando hay parentesco natural, hablamos de esa familia que te tocó o en la que naciste, es aún más fácil dar por sentado que nos queremos y por tanto, al considerar que es un amor natural -porque somos primos, padres, hijos o hermanos- caemos en no ocuparnos de cultivarlo, me refiero a expresarlo, a darte de cuenta de que se siente, a cuidarlo como algo frágil, a alimentarlo con detalles e incluso a escucharlo y mantenernos presente en los momentos que el otro pide que estemos allí.


Leo una y mil veces lo importante que valorar a los padres en vida porque cuando ya no están se les extraña más, leo comúnmente ahora que estamos en confinamiento la falta que me hace estar en contacto y abrazar a mis hermanos y a mi tía Casilda que vive tan lejos, ni hablar de los que por desplazamiento migratorio estamos regados por el mundo, hablamos de cuanto extrañamos a la familia. Que tal si de esta locha que también parece nos cayó por causa del culpable de todo, el casi innombrable 2020, nos sentamos a analizar cuán importante es cultivar el amor filial, que necesario es decirle a los hijos que los amamos desde el fondo del alma, a los primos que es riquísimo compartir las buenas y las no tan buenas y estar allí unos para otros y así con los hermanos, los abuelos, los esposos o los padres. Si, toca revisar y debemos hacerlo.



Pero también es perfecto evaluarlo y respetar el hecho de que es como es, porque así lo hemos forjado en el tiempo, si queremos que sea diferente, cada uno de nosotros tendrá el trabajo de abonarlo y alimentarlo distinto de como lo ha hecho hasta ahora y si no es perfecto, no importa, así lo hicimos juntos y no tiene porque ser distinto. Mi lección ha sido aprender a mirarlo de frente, a no darlo por sentado, a respetar lo que siento y entender que el amor de cualquier clase hay siempre que cultivarlo y cuidarlo o se marchita.


Mi abuela decía “las acciones hacen corazones” y aplica a todo lo que se guarda en el corazón, a todo amor.

Nadie quiere a nadie porque son familia o porque decidieron casarse. Se ama cuando se está dispuesto a dar amor y no hay lazo o papel firmado que pueda obligarte, lo hermoso es que tampoco hace falta ser correspondido, amar ha de ser suficiente y cuando amas, siembras y cultivas amor, por lo tanto es inevitable recoger la cosecha.


Sigue abierta la invitación a revisar más a respirar profundamente y tomar el aprendizaje que pueda ser necesario para ti de cada palabra o cada tecito para el alma que podamos compartir.


Aquí para ti

@jannincv




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