He estado leyendo mucho acerca de lo que todos dicen haber aprendido en 2020; si lo pienso en frío y doy por cierto, debo concluir que 2020 fue un año maravilloso, solo por el aprendizaje que le dejó a la humanidad, sin embargo si le sigo dando vueltas, y siendo 100% partidaria del agradecimiento, noto que me detengo a considerar una máxima ya aprendida que dice, que si aprendes y no pones en práctica, equivale a no haber aprendido; siento que algo de esto puede estar ocurriendo y sin darnos cuenta, puede echar al traste la buena cosecha que nos dejara 2020, es preciso detenernos y honrar las pérdidas, aprovechar el aprendizaje, la experiencia y dedicarnos a poner en práctica de manera consciente los aprendido.
No quiero preguntarte que aprendiste, quiero invitarte a sacarle provecho.
Un tecito de revisión para el alma y para iniciar el año con todo, nos va a dar ese aliento necesario para dar un primer paso -siempre digo que los pasos siguientes vienen solos- con un tecito para el alma de tu preferencia, toma una respiración profunda y escoge con que palabra vas a darte la fuerza necesaria para sacar máximo provecho al aprendizaje que te dejó 2020, recuerda que para poner en acción lo aprendido, siempre se necesita fuerza, impulso.
Yo escogí para impulsarme este año. «Esperanza»
Quise ser más que optimista y encontré que hay una diferencia entre optimismo y esperanza. Mientras que el optimismo describe como nos sentimos acerca del futuro, y en el mejor de los casos nos lleva a mantener una actitud positiva, lo hacemos centrados en encontrar el lado positivo en cualquier circunstancia. Buen trabajo, pero solo siendo optimista nos quedamos en la incertidumbre de no saber que viene, debemos mantenernos en constante alerta para sacar lo positivo.
Así, la Esperanza es esa espera que nos mantiene en atención plena, es una espera o una tensa expectativa hacia algo o alguien, es posible que incluso nos sitúen un poco ante el miedo no saludable, desproporcionado en relación al peligro que representa lo que debemos esperar, pero cuando en ti hay verdadera esperanza, tu te llenas de valentía, la esperanza es poderosa; no es simplemente un sentimiento o una emoción, ni depende de las circunstancias. La esperanza real es la actitud positiva constante de que independientemente de las circunstancias las cosas cambiarán para mejor.
«La esperanza tiene una piel muy dura y resistirá muchos golpes» —escribió John Bunyan (1628–1688) — «resistirá todas las cosas si es una esperanza de tipo adecuado, por la alegría que se ha desplegado ante de ella […] la esperanza es lo que hace que el alma ejercite la paciencia y el sufrimiento prolongado bajo la cruz, hasta que llegue el tiempo de disfrutar la corona».
La Esperanza moldea nuestra conducta y nos ayuda a vivir reconociendo lo temporal sobre lo duradero, -ese es el verdadero aprendizaje de 2020- La Esperanza ilumina y ordena nuestras prioridades y sirve de ancla y estabilidad cuando las circunstancias son difíciles o contrarias a lo que esperamos...
Vale la pena preguntarnos, ¿que esperamos?
En qué centras este 2021 tu Esperanza?
Siempre hay para ti la invitación a respirar profundamente y tomar el aprendizaje que pueda ser necesario para ti de cada palabra y cada tecito para el alma que podamos compartir,
Aquí para ti
@jannincv
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