El polímata florentino, mejor conocido como el artista mayor del Renacimiento, el creador de adelantos que se concretaron apenas este siglo, además de su fructífera carrera también se le atribuye una gran pasión por la cocina.
Hablar de Leonardo Da Vinci es asociarlo de inmediato con su famosa obra "La Gioconda" por nombrar solo una y podríamos hacer una enciclopedia de su majestuoso trabajo no solo como pintor sino como científico. Pero además, como ingeniero e inventor, Leonardo desarrolló ideas muy adelantadas a su tiempo, tales como el helicóptero, el carro de combate, el submarino y el automóvil. Muy pocos de sus proyectos llegaron a construirse (entre ellos la máquina para medir el límite elástico de un cable), puesto que la mayoría no eran realizables durante esa época. Muchos fueron los trabajos recreados y soñados por este florentino, que nación en 1452 un año después que Cristóbal Colón, y que al morir dejó algunas de las obras de arte más bellas de la humanidad.
Pero lo que muchos no sabían, en cambio, que el oficio con el cual Leonardo solía ganarse la vida no era el de pintor o el de inventor genial sino el de maestro de ceremonia del duque de Milán.
Muy pocos conocen su pasión por la cocina y los buenos modales en la mesa, que se recrean en Notas de cocina de Leonardo Da Vinci y se ha dicho con insistencia, que se trata más bien de un libro de notas, en la que el polifacético artista anotaba recetas y comentarios acerca de los buenos modales en la mesa y donde muestra su interés por al arte de cocinar. Pero, presten mucha atención, este libro es una recreación, una aventura inventada por los historiadores británicos Shelagh y Jonathan Routh en 1987. Esta obra fue creada con el objetivo de entretener y divertir al lector, objetivo ologrado. Un propósito tan claro que en Londres se presentó a la prensa el 1 de abril, día de los inocentes.
El libro tiene tres prólogos o introducciones en las que se aclara que Notas de cocina de Leonardo Da Vinci es una presunción histórica que recrea lo que pudo ser la vida del genio renacentista. Se habla de la inexistencia del denominado Codex Romanoff, atribuido a Leonardo y supuestamente depositado en el museo del Hermitage, pero que nadie ha visto y no parece haber existido jamás.
Lo que si es cierto es que Leonardo era un amante de los buenos modales en la mesa, se ocupó de inventar utensilios para la cocina; sin embargo, en este libro citan muchos inventos que realmente no fueron creados por él, como es el caso del tenedor de tres dientes, el cual ya se usaba en la época de Constantinopla en el Siglo XI, pero lo que si podemos atribuirle es el invento de la Servilleta. Se sabe que en su época era normal tomar los alimentos con las manos y, muchas casas reales, utilizaban animales vivos para que los invitados secaran sus manos en la piel de los mismos. Leonardo encontraba esa costumbre impropia de la época y decidió cambiarla disponiendo un paño individual para cada uno de los comensales.
Leonardo Da Vinci es el exponente de un arte y una técnica llevados a límites insospechados, no solo en su tiempo, sino aún en nuestros días. Y aún cuando estas notas no sea del todo ciertas si no una recreación, podemos estar convencidos que todo lo que pudo hacer sido creado por Leonardo tendría un gran impacto en la sociedad.
Se ha dicho que la admiración del gran artista por la cocina, provenía no sólo de su creatividad impulsiva sino de esa intención de sumar cambios a toda disciplina en la que se involucraba. También se sabe que Da Vinci era vegetariano, pues su amor por los animales iba más allá de sólo cuidarlos; amante de la botánica, los productos naturales, la composición de venenos imperceptibles en los platillos, vinos y tés (cuando trabajó para los Borgia) y de la buena cocina. Se dice que Da Vinci dejaba abandonado alguno de sus encargos pictóricos para realizar mezclas de ingredientes y elaborar platillos junto al jefe de cocina de la corte de Ludovico. Esto lo condujo a explorar distintas facetas del oficio: fue mesonero, jefe de cocina de un lugar llamado Los Tres Caracoles, en las cercanías del puente Vecchio de Florencia. También tuvo una taberna a medias con su socio Sandro Boticelli, la cual tuvieron que cerrar por falta de clientes.
El interés por la cocina también se ve expresada por Leonardo cuando se encontraba pintando La Ultima Cena. Para crear esta obra, y esto lo explica su personalidad perfeccionista en detalle, pasó aproximadamente un año, antes de comenzar a pintar, pensando que es lo que podrían haber ingerido y que utensilios podrían haber utilizado estos comensales tan notables. Para investigar esta duda que tenía, pasó varias semanas en la cocina de una abadía.
Leonardo Da Vinci muere el 2 de mayo de 1519. La muerte de Leonardo es también el comienzo de la dispersión y la pérdida de dos tercios de los cincuenta mil documentos originales multidisciplinarios redactados en viejo toscano y codificados por él. Cada carné, manuscrito, página, croquis, dibujo, texto y nota fue considerado plenamente como una obra de arte. No han quedado más que unos trece mil documentos, de los cuales la mayoría se conserva en el archivo de la Ciudad del Vaticano.
"Nunca ha habido otro hombre nacido en el mundo que supiera tanto como Leonardo, no tanto en pintura, escultura y arquitectura, sino en filosofía". Mario Lucertini.-
Comments