Sabías que la manzanilla es una de las hierbas medicinales más antiguas de las que hay conocimiento? Fue su intenso aroma lo que despertó la curiosidad e hizo posible su descubrimiento y poco a poco su aplicación y el aprovechamiento de sus beneficios.
Mi abuela decía que es buena “para todo”, nos aliviaba el dolor menstrual y cualquier malestar digestivo con manzanilla, y nos hacía tomarla cuando nos veía tristes o con ganas de llorar, diciendo que aliviaba toda tristeza; su fama se la ha ganado gracias a la suma de beneficios que proporciona a quienes la toman. Además de ser excelente digestivo, calma la ansiedad, sirve para limpiar heridas e impurezas en la piel, ayuda a retardar el envejecimiento celular y activa la producción de colágeno, lo que es perfecto para usar en la prevención del envejecimiento -como antiarrugas-, puedes hacer compresas frías de manzanilla para aliviar el cansancio de la vista, la utilizan para aclarar el cabello, refuerza el sistema inmunológico y ayuda a nivelar los niveles de azúcar.
Hoy me ocupa de manera especial, dejar la fama de la manzanilla de lado y enfocarnos en que con un toque delicioso de canela, trabaja para nivelar nuestros niveles de azúcar, esta función tan importante ayuda a que un tecito de manzanilla con cancela sea perfecto para el alma.
Emocionalmente, tener en control los niveles de azúcar, nos permite dar flexibilidad a nuestra percepción de todo lo que ocurre, nos volvemos más tolerantes y compatibles con quienes convivimos, cualidad altamente necesaria en los entornos de vida de hoy, está comprobado que el hombre no está hecho para ser ermitaño ni para vivir aislado.
La falta de compatibilidad es un tema que en estos días aplica a todo, “mi computadora es o no es compatible con mi teléfono”, “no creo poder seguir en esa empresa, no soy compatible con su cultura”, “mis hermanos y yo no somos compatibles”, “los órganos deben ser compatibles para hacer un trasplante”, “nos divorciamos por incompatibilidad de caracteres”, parece referirse a la carencia de una cualidad de comunicación o de convivencia.
Cuando de aprender a convivir se trata, la compatibilidad se relaciona con la tolerancia, tiene que ver con “amar al prójimo como a ti mismo”, es decir incondicionalmente, aceptar sus faltas y sus errores o defectos, ser compatible con quienes compartes es decidir mirarlo perfecto aun con sus imperfecciones y valorar los esfuerzos que hace por ser mejor con los conocimientos y las herramientas que tiene a mano, no debemos relacionarlo con una práctica comúnmente más fácil, que es desear que el otro sea como yo quisiera. Quien verdaderamente ama, no pide a cambio la felicidad del otro al ser quien es, no precisa que quien ama sea de manera distinta.
Ser compatible es una delicia cuando lo acompañas con una infusión de manzanilla con canela, que invita a disfrutar del SER que somos cambiando sólo aquello que sentimos que nos limita y permitiendo a quienes comparten con nosotros la delicia de SER como son sin pretender cambiar nada de ellos.
Procura hoy ser verdaderamente compatible contigo y decide descubrir el verdadero significado de tu existencia, mantén regulados tus niveles de azúcar en forma natural con el hábito de un tecito de manzanilla con canela mientras el alma disfruta de tu amor incondicional . También dedica un rato a cultivar incondicionalidad en el amor que sientes por los demás, fluye con la realidad de cada uno y notarás cuán compatible te has vuelto con todos.
Es sencillo hacernos compatibles,
Sigo aquí para ti
@jannincv
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