Hemos dicho que para contrarrestar el calor del verano recomendaremos tomar Te fresco con hielo, hoy traemos uno que siendo para el alma, ayuda mantener la juventud por mucho más tiempo, un refrescante Tecito verde para el alma, ha sido reconocido por los científicos como la mejor fuente de antioxidantes como la vitamina A, C y E, además de selenio, melatonina, coenzima Q10, betacarotenos y flavonoides, todos componentes que favorecen los procesos que ayudan a lo que llaman la eterna juventud.
La realidad es que no podemos ser eternamente jóvenes -no sería natural- pero si es necesario poner la lupa y reconocer que el miedo a perder la juventud nos paraliza, y como he dicho antes hablando en general del miedo, nos invade y nos nubla la razón, por lo que no nos deja ver con claridad lo que la razón quiere mostrarnos, envejecer es un proceso natural, maravilloso, nos lleva a la plenitud de gozar de todos esos detalles que hemos juntado en la vida. La tercera edad o como quieran llamarla, es el momento perfecto para gozar de las cosas que no teníamos tiempo de gozar en la juventud, porque estábamos ocupados formándonos, trabajando y siendo proveedores de nuestros hijos y de la familia, esa época en la que teníamos la vitalidad para trabajar, producir y hasta rumbear, es posible que no recuerdes -así de selectiva es la memoria- pero te parecía poco el tiempo para vivirlo todo y resulta que el tiempo para vivir sigue siendo hoy, no importa si estas en la tercera, cuarta o segunda casi larguita edad.
Crecer y disfrutar maduramente el proceso de envejecer, no debe darte miedo, ni siquiera pensar en la muerte debe dar miedo, pues es una parte inevitable de la vida, no hay razón para verla con ansiedad, lo importante es vivir, disfrutar la vida en cada momento, sin pensar cuando vas a llegar a la vejez o va a llegar la muerte.
No permitas que el afán diario te detenga en algo que -preocupado o no- algún día va a ocurrir, nuestro patrón cultural lamentablemente no nos educó para ver la muerte o la vejez con la naturalidad que involucra, sin embargo, es valioso que podamos detenernos, mientras disfrutamos de este tecito verde para el alma, fresco y con hielo para alejar el calor, a ver cómo se han creado esos otros fenómenos también culturales que hemos asumido aún siendo inútiles, como el fenómeno del viejismo, que le escuche describir hace unos días a mi profesor y amigo Carlos Fraga, quien -por cierto- gracias a que no cree ni cae en el viejismo no envejece.
Explicaba Carlos -y concuerdo- que lo que realmente te define y se desarrolla como tu patrón de vida, es la forma como la has vivido y yo digo que sin importar la edad, si estas aquí leyendo y tomando este tecito para el alma, estás a tiempo de modificar tu patrón de vida para vivirla en adelante con total plenitud.
Si, la madurez o el envejecer exige que aceptemos algunos desafíos -y sé que estás preparado para ello- es momento de amorosamente aceptar que en el cuerpo hay cambios, que aunque te sientas de 20, el cuerpo ya no es el mismo y hay que tratarlo con nobleza, des pa ci to, como dice la canción.
También es posible que ante el desafío de ver crecer a los hijos, nos cueste un poco aceptar su independencia, que si te lo recuerdo, es algo por lo que trabajamos desde que son niños, esta realidad hace que se muden, formen familia o simplemente necesiten algo de privacidad, lo que generalmente nos hace sentir una terrible soledad, si lo piensas bien no es tan terrible, es el momento perfecto para disfrutar también de tu propio espacio, hora de darte ese baño largo para el que casi nunca tenías tiempo y ver los programas de Tv que los hijos o la rutina no te dejaban ver, así cómo leer los libros que te provoque leer o ir sin prisa donde quieras, pero cuidado, porque lo frecuente es que guiado por ese fenómeno cultural del viejismo, prefieras vivir en la queja del “estoy viejo para eso” o dejarte invadir por la soledad hasta convertirla en desolación, que te vuelvas malhumorado, impertinente y hasta malcriado, te repito cuidado, porque esa actitud y la posición de víctima, si hace que nadie se sienta a gusto de compartir tiempo a tu lado y la desolación avanza hacia la depresión y a un sin fin de achaques o enfermedades que no paran y sirven para muy poco, llegamos a sentir que somos una carga para los hijos y claro que lo somos, si nos permitimos convertirnos en unos viejos incalables.
Si vives la vida desde la plenitud de la madurez y el disfrute de este periodo de libertad que te regala el tiempo, nunca serás un estorbo.
Cuando hemos sembrado amor y tolerancia recogemos sus frutos, así que si estás llegando a esta etapa de la vida y sólo sigues el patrón equivocado, detente, piénsalo mejor, disfruta este refrescante tecito verde para el alma y comienza a ver la vida con tus mejores recuerdos como filtro, pues para replantearte tus sueños y la forma en que quieres vivir en adelante siempre hay tiempo.
Toma de esta reflexión sólo lo que realmente resuene contigo, siempre recomiendo ignorar aquello que no te va, si gustas, coméntanos, o recomienda la lectura a quien sientas pueda ser útil, siempre es un gusto acompañarles y seguir aquí.
@sueltaloconjannincv
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